Echando la vista atrás, no recuerdo cuándo fue la última ocasión en la que cantamos el "Aleluya" de G. F. Haendel. Los componentes actuales, como las aguas de un arroyo, cambian constantemente. El caso es que de los que somos solamente cinco conocemos la anterior obra como para abordarla y salir airosos del ensayo, eso sí, en perfecto latín. No habrá problema en que los "nuevos" (que no lo son tanto) lleguen a dominarla. La otra obra a la que le hemos dado caña es "Mi amado es para mí", compuesta por nuestro insigne Director, con letra de "El Cantar de los Cantares" para la próxima boda de Antonio y Natalia. Son las ventajas de tener el artista en casa (es por ello que disponemos de composiciones con firma de Juan-Antonio Verdía que incluso cantan en otras corales). Ambas obras ensayadas esta semana son una sorpresa para los futuros esposos, aunque la están ensayando... no lo entiendo).
Toca agradecer efusivamente hoy sábado a José-Ramón, que ha venido a ensayar, una hora y media tarde, pero, lo ha intentado... Ni por Canarias;) y saludar a un antigüo componente que está trabajando en tierras africanas...
1 comentario:
Po sí...me "pone" la idea de retomar canciones de mayor dificultad musical...es todo un reto el recordarlas y montarlas para ocasiones insignes (jo, qué bien me ha quedao esto último)...La verdad es que la obra de Gregorio-Federico no es para montarla en un ratito, necesita madurar como el buen vino. Todo se puede con paciencia y tesón ¿no crees?
Ah, y tampoco es que vayamos renovando al personal del coro cada 3 por cuatro, doce...que ya, quien menos lleva rondando sus tres añitos en el coro...(excepto Maica, claro).
Pues nada, nada...a seguir canturreando por ende que en julio el coro cumple las Bodas de Plata (25 tacos)...
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