viernes, 27 de marzo de 2009

Tal día como hoy,,,,

Año 2005. Domingo de Resurrección. Nuevamente nos encontramos en la Catedral para cantar la Misa en Honor de Cristo Resucitado.


También vino el Coro de Seises de la Catedral.


En plena homilía, junto a los componentes de la Orquesta de Francisco Cintado.


Descansando...


Esta piedra cayó desde lo alto de la bóveda de la Catedral. ¿Tan mal cantamos?

3 comentarios:

Clavel Chuchurrío dijo...

Pues sí...un palio con un color singular, tan singular como la persona que lo eligió. ¡Ay, si la llave inglesa hablara, contaría cuántas cabezas ha dejado "sonadas"!.Si las caídas del palio pudieran, contarían lo de bocatas con pitracas que me he zampado a escondidas atornillando la candelería. La de tarnichí que he esnifado limpiando la plata sin "p". La de gotas de sudor que me han resbalado por la frente al planchar con infinita paciencia Su manto blanco.La de veces que me manché la ropa de cera al colocarla para iluminar Su hermoso rostro.Las inconfundibles notas que emergen del tintineo de sus varales. La de quebraderos de cabeza haciendo números que nunca llegan a sus expectativas. La de problemas a los que había que encontrar solución inmediata porque la Cruz de Guía ya estaba en alza.El nerviosismo inevitable en la misa del Lunes Santo, mientras el rayo mañanero atraviesa las vidrieras del Carmen.La de lágrimas derramadas cuando suenan los primeros sones de Su marcha procesional.La de suspiros encogidos en el pecho cuando parece que no cabe por el dintel del Carmen.La de miradas intercambiadas en la fé y la de secretos entre Ella y yo.La de plegarias y gracias mil por todo lo vivido en esos años. Por eso:Me queda todo esto y mucho más.Ahora que miro atrás y sé lo que ya sé: Me queda el recuerdo imborrable de esta vida cofrade. Me queda la hazaña de pertenecer a su historia. Me queda el sueño aún incumplido de revivirlo todo algún día. Me queda la realidad presente: Treinta años entonando canciones en el coro que lleva Tu nombre y las ganas que no decaen de continuar otros tanto.Y es que no me pesa naaaaaaaada de lo vivido. (Sólo me pesan los kilos que me sobran).

Anónimo dijo...

Que verdad mas grande Clavel Chuchurrido, la de sudores y disgustos porque las flores estaban dobladas, en que este tenia mas flores que el otro, los tornillos que no aparecen, no armar mucho escandalo por que los frailes duermen y la parada por supuesto para descansar en la que nos daban bocadillos, patatas y refrescos... Contando todo el trabajo que quedaba y el domingo de Ramos encima.
Y no olvidar los paseos de la Capilla del Beato llevando todos los objetos hasta el Carmen...

Besos a todos

"La Paloma" dijo...

Holaaaa...
Yo me acuerdo de aquel año que nos dejaron a unas pocas ayudar a vestir a Patrocinio. Lo bien que me lo pasé intentando con la sabana y con las demás que no viera nadie como la vestian.
La verdad que tengo muchos recuerdos y me encantó la experiencia de aquellos pocos años que pasé ayudando a Juan Antonio con las flores. Comiendome el bocadillo con Rosita en la puerta del Beato sentadas en el escalón de la casa de enfrente. O como el año que Toñi llamó a mi madre para decirle que me dejara estar hasta que todo el mundo se fuera, que ella me acompañaba junto a Eduardo y Monica a mi casa. O en otra ocasión que le tocó a Jose Antonio a acompañarme porque vivia al lado mio... Y no se me olvidara aquella vez que canté el Lunes Santo, por primera vez delante del Beato, como lloraba de emoción, y luego como Verdía me agarraba el brazo y vestida de acólita me acompañaba hasta llegar a la Alameda, cantando al compás de la Banda de Rota.
En fin muchas cosas me han pasado por alli. Y las volvería a repetir.

Nos vemos el viernes en el ensayo.